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Cita de Luria

De Wikisofia

Text original editat en castellà.


El oído humano puede percibir vibraciones sonoras con un diapasón entre 20 y 20.000 osc/seg, percibiéndose las frecuencias bajas como tonos bajos y las altas como tonos altos. Si sometemos al sujeto a sonidos con frecuencias superiores a 20.000-30.000 osc/seg, (hertzios, Hz), o sea, a ultrasonidos, él no los percibirá. Así pues, los sonidos situados por encima de los umbrales superiores dejan de suscitar sensaciones.

Por su intensidad, los sonidos engendran sensaciones auditivas sólo dentro de ciertos límites. Los sonidos de intensidad inferior a 1dB pueden no percibirse y constituyen el umbral inferior de las sensaciones, mientras que los de intensidad superior a 130 dB empiezan a suscitar sensaciones dolorosas y forman el umbral superior de las sensaciones acústicas.


Text traduït al català.


Per a les sensacions visuals cal afegir 1/100 de la il·luminació anterior, perquè el canvi operat en aquesta sigui perceptible; per a l'oïda es requereix un augment relatiu superior a 1/10 del fons sonor inicial; per al tacte n'hi ha prou amb augmentar la força del contacte inicial a 1/30.

A.R. Luria, Sensación y percepción, Fontanella, Barcelona 1975, p. 42.

Original en castellà

El oído humano puede percibir vibraciones sonoras con un diapasón entre 20 y 20.000 osc/seg, percibiéndose las frecuencias bajas como tonos bajos y las altas como tonos altos. Si sometemos al sujeto a sonidos con frecuencias superiores a 20.000-30.000 osc/seg, (hertzios, Hz), o sea, a ultrasonidos, él no los percibirá. Así pues, los sonidos situados por encima de los umbrales superiores dejan de suscitar sensaciones.

Por su intensidad, los sonidos engendran sensaciones auditivas sólo dentro de ciertos límites. Los sonidos de intensidad inferior a 1dB pueden no percibirse y constituyen el umbral inferior de las sensaciones, mientras que los de intensidad superior a 130 dB empiezan a suscitar sensaciones dolorosas y forman el umbral superior de las sensaciones acústicas.

[...]

Para las sensaciones visuales hay que añadir 1/100 de la iluminación anterior, para que el cambio operado en ésta sea perceptible; para el oído se requiere un aumento relativo superior a 1/10 del fondo sonoro inicial; para el tacto basta con aumentar la fuerza del contacto inicial a 1/30.


A.R. Luria, Sensación y percepción, Fontanella, Barcelona 1975, p. 36 i p. 42.