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Cita Hume 2

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Text original editat en castellà.


Si no fuera porque la moralidad tiene ya por naturaleza una influencia sobre las acciones y pasiones humanas, sería inútil que nos tomáramos tan grandes esfuerzos por inculcarla: nada sería más estéril que esa multitud de reglas y preceptos de que con tanta abundancia están pertrechados los moralistas. [...]

Por tanto, dado que la moral influye en las acciones y afecciones, se sigue que no podrá derivarse de la razón, porque la sola razón no puede tener nunca una tal influencia, como ya hemos probado. La moral suscita las pasiones y produce o impide las acciones. Pero la razón es de suyo absolutamente impotente en este caso particular. Luego las reglas de moralidad no son conclusiones de nuestra razón.


Text traduït al català (Traducció automàtica pendent de revisió).


Si no fos perquè la moralitat té ja per naturalesa una influència sobre les accions i passions humanes, seria inútil que ens prenguéssim tan grans esforços per inculcar-la: res seria més estèril que aquesta multitud de regles i preceptes que amb tanta abundància estan proveïts els moralistes. [...]

Per tant, atès que la moral influeix en les accions i afeccions, se segueix que no podrà derivar-se de la raó, perquè la sola raó no pot tenir mai una tal influència, com ja hem provat. La moral suscita les passions i produeix o impedeix les accions. Però la raó és de seu absolutament impotent en aquest cas particular. Després les regles de moralitat no són conclusions de la nostra raó.

D. Hume, Tratado de la naturaleza humana, Parte III, sec. I, n. 457 (2 vols., Editora Nacional, Madrid 1977, vol. 1, p. 674-675).

Original en castellà

Si no fuera porque la moralidad tiene ya por naturaleza una influencia sobre las acciones y pasiones humanas, sería inútil que nos tomáramos tan grandes esfuerzos por inculcarla: nada sería más estéril que esa multitud de reglas y preceptos de que con tanta abundancia están pertrechados los moralistas. [...]

Por tanto, dado que la moral influye en las acciones y afecciones, se sigue que no podrá derivarse de la razón, porque la sola razón no puede tener nunca una tal influencia, como ya hemos probado. La moral suscita las pasiones y produce o impide las acciones. Pero la razón es de suyo absolutamente impotente en este caso particular. Luego las reglas de moralidad no son conclusiones de nuestra razón.